Se cogen de la
mano y a la de tres intentan machacar el dedo del otro.
Aguantas todo lo
posible o al menos mas que el otro. Lo intentas.
El juego no acaba
hasta que uno dice "para", se rinde y clama piedad...
¡No es un juego
divertido!
En el juego de la
piedad, cuando un niño grita, el otro escucha… y para.
¿No querrías que
fuera tan fácil ahora?
Ya no es un juego,
ya no somos niños...
Puedes clamar piedad cuanto quieras pero nadie te escucha. Solo estas tú...
gritando en el vacío...

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