martes, 26 de julio de 2016

(Reflexión) "ENAMORARSE DE NUEVO"

Un día leí que da igual cómo fue nuestro primer amor o incluso el modo en que nos dimos cuenta de que lo era y, algo más tarde, de que no lo era… que no importa lo terrible que sea el recuerdo de nuestro primer beso o las veces que hayamos pensado: “no volveré a enamorarme”.

Todo eso da igual porque volvemos a enamorarnos y es entonces cuando todo lo demás pasa a un segundo plano.

Y ahí estamos otra vez… igual de ilusionados que el primer día, porque los hombres también lo sentimos así cuando queremos a una mujer… y pensamos que por qué esta vez no puede ser ELLA.
Incluso nos hemos llegado a convencer de que todas las mujeres son iguales… Pero, afortunadamente, no lo son.

Y las hay… aunque a veces nos cueste encontrarlas. Eso sólo es parte del encanto.

Y de repente la vemos.

Y el estómago nos da un vuelco.

Y todo lo demás desaparece como por arte de magia…

Y todo es nuevo.

Y le ves… a ELLA.

Y creemos que todo vuelve a ser posible.

Y avanzamos hacia ella en un impulso descontrolado y casi involuntario de nuestro cuerpo que apostaría a que es guiado por el corazón. Y ELLA cierra los ojos, y salta sin preocuparse de si hay suelo sobre sus pies.


Y nosotros apostamos todo al rojo.

Una décima de segundo lo cambia todo. El estómago no te engaña y se te eriza la piel como nunca antes lo había hecho cuando su mirada se cruza con la tuya en mitad de esa noche… La música se ralentiza, las conversaciones se funden con el ambiente y todo parece ir mucho más despacio salvo tu corazón.

Y ahora esperas que ella no huela tu miedo, que no te note nervioso.

Y vas acortando los interminables cinco metros que os separan.

En el camino te preparas por si todo va mal. Por si en realidad tendrá una nariz grande, un ojo tuerto, un herpes en el labio… pero a medida que acortas la distancia ves que no, que su nariz es perfecta, que sus ojos claros te miran fijamente y que su boca llama a la tuya.

Y te acercas para decirle algo al oído, y lo haces tanto que, a la vez que le hablas, puedes oler el champú con el cual se ha lavado el pelo.


Y le susurras algo bonito y esperas a que su sonrisa te responda. Y lo hace.






De repente la noche acaba y no te has dado cuenta.

Y a pesar de la gente solo os veis los dos bajo ese cielo, solo los dos en todo el planeta… Porque lo estáis.

Y llegas a casa. Y antes de dormir sonries al recordarla mientras le escribes un WhatsApp que le diga: “Buenas noches preciosa”.


Y a través de la distancia que separe tu cama de la suya… sabes que sonríe. Sabes que ahí, justo ahí… comienza algo nuevo. 



@_danibaez_


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